Sarchi, se encuentra a sólo 15 minutos del Bosque de Paz. Es una ciudad encantadora, donde los artistas locales y sus artesanías es el principal atractivo. Probablemente, el producto más famoso es la carreta típica pintada, que hoy es uno de los símbolos nacionales de Costa Rica, ya que representa la fuerza laboral del país y evoca el recuerdo de los días pasados, cuando las carretas de bueyes era el medios tradicional de transporte.
El área de Sarchí es indiscutiblemente un atractivo punto turístico para costarricenses y extranjeros, donde se pueden visitar más de 200 pequeños artesanos, en su gran mayoría ebanistas y otros que trabajan hábilmente el cuero. Se caracterizan por enseñar sus oficios de generación en generación. También se encuentran una gran variedad de tiendas de artesanías y souvenirs. Es un lugar perfecto para pasar el día, o para hacer una visita en su camino hacia o desde Bosque de Paz. Asegúrese de darse el tiempo suficiente, para poder saborear un helado o algo de repostería en una de las panaderías locales; además de escoger el souvenir favorito en alguna de las tiendas especializadas.
Otros sitios interesantes en Sarchi son:
- LaIglesia Católica color rosa y azul, con una arquitectura que se asemeja a un elaborado pastel de boda, con techos con forma de bóveda en maderay esculturashechaspor artesanos locales.
- Mercado Artesanal – una cooperativa de artesanos locales, que ofrece una gran variedad de sus trabajos en cerámica, madera, cuero y tela principalmente. También se puede degustar y comprar café de primera calidad.
- La carreta de bueyes más grande del mundo, pintadas en vivos colores se encuentra en una plataforma en el Parque Central de Sarchi, frente a la iglesia.
- Plaza de la Artesanía, es un gran centro comercial al aire libre, que reúne una gran variedad de tiendas de souvenirs al el sur de Sarchí.
- La Fábrica de Carretas Joaquín Chaverri, construida en 1902, hace 112 años, donde se puede encontrar también todo tipo de recuerdos y carretas pintadas; además, es interesante observar allí a los verdaderos artistas pintando las carretas delante del público.